Cómo evitar la gripe: ¡ármate con vitamina C!
Los informes del estadounidense NHS sugieren que el número de afectados por la gripe este invierno ha sido el más alto registrado durante casi una década.
Un sistema inmune robusto y saludable es la mejor protección para evitar caer víctima de la última versión del virus de la gripe, y buena parte de la solución puede estar en una dosis diaria de vitamina C.
Aumentar la ingesta de esta vitamina esencial puede ser uno de los modos más fáciles de mantenerse alejado de un temido trancazo, e incluso podrías descubrir que otros problemas, como dolores de articulaciones o piel sensible, presentan mejoras.
Cómo colabora la vitamina C en la inmunidad
Es notorio que la vitamina C nos ayuda durante los meses invernales, sobre todo protegiéndonos de resfriados y de la gripe. Esto ocurre por una serie de causas:
- Se ha descubierto que grandes dosis de vitamina C ayudan en la producción de sustancias llamadas interferones, necesarias para activar el sistema inmune contra los virus.
- Existen distintos tipos de células del sistema inmune que acumulan vitamina C y que la necesitan para realizar sus funciones.
- La deficiencia en vitamina C tiene como resultado una reducción de la resistencia ante determinados patógenos.
- El incremento en el suministro de vitamina C mejora muchas funciones del sistema inmunológico.
- Las concentraciones de vitamina C en plasma sanguíneo y glóbulos blancos disminuyen durante las infecciones y el estrés.
- La vitamina C mejora la producción y la función de glóbulos blancos específicos que devoran patógenos y liberan enzimas para destruirlos.
- La vitamina C aumenta la actividad de las células antimicrobianas y de las asesinas naturales.
- Las potentes actividades antioxidantes de la vitamina C protegen a las células de los daños producidos por los radicales libres durante condiciones inflamatorias como resfriados y gripe.
- Se ha descubierto que la vitamina C bloquea las vías que conducen a la eliminación de las células T, tan importantes para atacar las infecciones.
Salud de la piel, vitamina C y tu inmunidad
La piel es el órgano más grande del cuerpo y desempeña un importante papel en la inmunidad. Proporciona una fuerte barrera física contra factores ambientales potencialmente dañinos, lo que incluye un aluvión constante de ataques de microbios.
La piel también actúa como barrera inmunológica, muestreando continuamente las bacterias que colonizan la piel. Los receptores especializados de las células de la piel reconocen a los intrusos patógenos e inician una respuesta inmune, que desencadena la liberación de antimicrobianos.
Mantener una función óptima de la piel requiere una producción constante de colágeno, una proteína que forma el tejido conectivo del cuerpo. El colágeno no solo mantiene la piel unida, sino que también ayuda a sostener los vasos sanguíneos que suministran nutrientes y oxígeno a la piel, ayudándola a preservar sus funciones de protección.
La vitamina C es un importante cofactor en la síntesis de colágeno, que depende de un suministro regular y adecuado. Si hay una deficiencia de vitamina C, la producción de colágeno se interrumpe, lo que puede acarrear un efecto perjudicial sobre la salud de la piel y su función de barrera. Sin el escudo protector de la piel, lo siguiente será un empeoramiento de la salud.
¿Cuánta vitamina C necesitas?
Se trata de un nutriente vital que no puede ser sintetizado por el cuerpo, por lo que las fuentes dietéticas son esenciales. Cumplir con las directrices del NHS en cuanto a la ingestión de 5 unidades diarias de fruta y verdura es la mejor manera de obtener suficiente vitamina C: variedad y color es la clave para llenar tu plato.
Los suplementos pueden ayudar a rellenar huecos si tu dieta es deficiente. La ingesta diaria recomendada de vitamina C para los adultos es de solo entre 75 mg y 120 mg, con 35 mg adicionales para los fumadores. El nivel superior tolerable es de 2000 mg para adultos, debido al hecho de que algunas personas experimentan malestar gástrico y diarrea cuando ingieren dosis muy altas de vitamina C. Esto solo se aplica a los productos orales estándar de vitamina C y puede evitarse tomando suplementos liposómicos como 'Altrient C'.
¿Qué diferencia a Altrient C de otras formas de vitamina C?
Todas las otras formas de vitamina C se encuentran con una barrera de absorción que limita en gran medida el nivel de vitamina C que puede penetrar en el torrente sanguíneo. La gran cantidad de vitamina C que no se absorbe es expulsada del cuerpo. Sin embargo, la vitamina C liposomal cruza de forma efectiva la pared intestinal hacia la sangre.
Este tipo de vitamina C tampoco se descompone hasta que llega a la parte del cuerpo que más la necesita. Esto se debe a que puede eludir completamente el restrictivo sistema de transporte de nutrientes que limita radicalmente la biodisponibilidad de todas las formas de vitamina C encapsuladas sin liposomas. Estudios clínicos recientes sugieren que la vitamina C liposomal puede producir niveles séricos de vitamina C casi el doble de lo que se cree teóricamente posible con cualquier forma oral de vitamina C.
Las formas tradicionales de vitamina C limitan severamente la cantidad que puede ingerir por vía oral. Si ingiere más de 1 o 2 gramos de vitamina C tradicional, el ácido ascórbico en el intestino causará malestar gástrico, incluyendo gases, calambres y diarrea. Gran parte de la vitamina C se eliminará en heces sueltas y en la orina. Un porcentaje muy pequeño (tan solo el 12 %) de la vitamina C ordinaria es realmente absorbido en el torrente sanguíneo. El sistema digestivo humano no ha sido diseñado para digerir grandes dosis de vitamina C en cualquier forma por vía oral.
Sin embargo, la vitamina C liposomal te permite ingerir vitamina C por vía oral, evitar el sistema digestivo y administrarla fresca e intacta en el torrente sanguíneo. La aplicación de la "tecnología de encapsulación liposomal" (TEL), cambia radicalmente la forma en que la vitamina C se administra al torrente sanguíneo.
Los niveles terapéuticos más altos pueden ser apropiados para algunas afecciones, pero solo deben administrarse bajo el asesoramiento de un profesional sanitario cualificado.
Aunque no es posible estar en un entorno totalmente libre de errores, puedes tomar medidas para mantener tu sistema inmunológico en óptimas condiciones para estar preparado para cualquier cosa. La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para mejorar tu dieta y comenzar a hacer cambios.
Sin embargo, los nutrientes rara vez funcionan solos en el cuerpo y suelen ejercer sus beneficios de manera más efectiva colaborando con otros micronutrientes. Por lo tanto, aunque lo más probable es que la ingesta de vitamina C proporcione seguridad adicional contra las infecciones invernales, vale la pena tener presente que debes obtener una variedad de nutrientes saludables, asegurándote de tener una dieta variada y equilibrada.
Jacqueline Newson, licenciada con honores en Terapia Nutricional
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