¿Podría una simple deficiencia localizada de vitamina C causarle un ataque al corazón?
Dr. Levy, doctor en medicina (MD, por sus siglas en inglés)
Durante el siglo pasado, los artículos científicos continuaron volcándose en demostrar que hay muchísimos factores de riesgo para las enfermedades del corazón, como el colesterol elevado, la presión arterial alta, la diabetes, etc. No hay duda de que tales factores de riesgo están claramente vinculados con las enfermedades cardíacas y, cuando no están controlados, parecen acelerar su desarrollo. Pero la 'cardiología preventiva' se está convirtiendo en el nuevo medicamento para la salud del corazón y el Dr. Levy explica por qué la atención se centra, una vez más, en la vitamina C...
Nueva perspectiva sobre la aterosclerosis
En los últimos años, parece que la cardiología, en su conjunto, por fin se ha dado cuenta y ha aceptado que la aterosclerosis coronaria (estrechamiento y obstrucción de las arterias) rara vez se desarrolla en ausencia de una inflamación de la pared arterial coronaria. Ahora, el razonamiento es: "Sus arterias coronarias sufren una inflamación crónica, y necesitamos minimizar esa inflamación lo mejor que podamos". La inflamación del revestimiento de las arterias coronarias es la raíz de muchas aterosclerosis coronarias, lo que eventualmente conduce a lesiones parcialmente obstructivas, a la formación aguda de un coágulo de sangre ocluyente y, como resultado, a un ataque cardíaco. El pensamiento actual es que en esta crisis coronaria está involucrada la presencia de bacterias orales patógenas y toxinas, así como una deficiencia esencial de vitamina C.
El escorbuto arterial coronario esencial (deficiencia localizada de vitamina C)
Por lo general, la vitamina C está literalmente presente en todo el cuerpo, tanto dentro como fuera de las células. Todos los órganos la contienen y la necesitan para funcionar óptima y correctamente. La mayoría de las personas, incluidos los profesionales de la salud, piensan en el escorbuto solo como una deficiencia grave de vitamina C en todo el cuerpo, que rara vez ocurre en el mundo moderno. Y esto es, en principio, correcto. Sin embargo, el escorbuto también se presenta cuando la vitamina C se ve drásticamente mermada en un tejido u órgano, mientras que el resto del cuerpo tiene generosas cantidades. Esto se conoce como escorbuto focal, que a menudo se desarrolla en personas que, por lo demás, parecen estar completamente sanas. Y donde hay escorbuto focal, hay inflamación focal...
No es habitual que aparezca inflamación donde no hay carencia de vitamina C. Esto se debe a que la inflamación produce un aumento del estrés oxidativo (prooxidación), y ese estrés oxidativo aumentado no puede existir donde, simultáneamente, hay suficiente vitamina C (antioxidante). Por lo tanto, cualquier factor que incremente el estrés oxidativo consume una cantidad proporcional de vitamina C, y cualquier disminución en el suministro continuo de vitamina C a una área del cuerpo permite que el estrés oxidativo no se extinga, y esto permite que surja la demostración clínica y de laboratorio de la deficiencia de vitamina C (también conocida como escorbuto focal).
Inflamación e infecciones de las paredes de las arterias coronarias
Entonces, ¿por qué hay siempre inflamación y presencia de escorbuto focal en las paredes de las arterias coronarias? La única forma común de que una arteria coronaria desarrolle una deficiencia importante de vitamina C es que haya patógenos arraigados en ella y que estos consuman (oxiden) metabólicamente toda -o casi toda- la vitamina C existente en condiciones normales. Cuando esto ocurre sistemáticamente, el resultado es una inflamación crónica.
Si hay una infección de corta evolución en otra parte del cuerpo y únicamente se liberan patógenos de forma transitoria en el torrente sanguíneo, puede aparecer la inflamación y desaparecer por sí sola, permitiendo que se restablezcan los niveles de vitamina C. Pero cuando el suministro de patógenos en la sangre es continuo, la inflamación permanece. Esa inflamación se convierte después en la enfermedad, a medida que los macrófagos y otros agentes del sistema inmunitario entran en el área inflamada de la arteria coronaria y tratan de "curar" de forma crónica la incesante siembra (propagación) de patógenos. El aumento del estrés oxidativo debido a la liberación de especies reactivas del oxígeno por los glóbulos blancos que resulta de la inflamación crónica, en ausencia de la vitamina C, es el detonador y propagador primario del proceso aterosclerótico. La siembra bacteriana es precisamente la razón por la que la inflamación "comienza" en la arteria coronaria enferma. La infección/colonización por patógenos siempre consume las reservas locales de antioxidantes (vitamina C) y se produce la inflamación.
¿De dónde proceden estos patógenos?
Desde hace ya algunos años, la literatura de cardiología y odontología ha demostrado que la enfermedad periodontal crónica (infección de las encías) está claramente "asociada" con el aumento de las enfermedades de las arterias coronarias. Aunque esto es cierto, por fin está quedando claro que esta "asociación" es realmente de causa-efecto. Es decir, que los patógenos orales causan directamente la aterosclerosis. Multitud de estudios ahora revelan que las paredes de los vasos sanguíneos y las placas ateroscleróticas contienen la misma variedad de patógenos que se encuentran en las encías infectadas. Además, se ha encontrado una concentración mucho mayor de estos patógenos en los coágulos de sangre que bloquean las arterias coronarias y causan los ataques cardíacos.
Siembra bacteriana en el tratamiento de endodoncia
En odontología, se utiliza la endodoncia para restaurar a un estado mecánicamente firme, libre de infección y dolor, los dientes que presentan un dolor intenso y una infección importante. Sin embargo, la literatura ahora demuestra claramente que siempre permanecen bacterias residuales en los canales accesorios, los túbulos dentinarios o los restos de tejido pulpar. Los túbulos dentinarios microscópicos albergan después, por tiempo indefinido, cualesquiera patógenos que estuvieran presentes, produciendo por lo general un suministro constante de toxinas tremendamente poderosas que, junto con los patógenos, se filtran en el torrente sanguíneo. Los últimos estudios han sido convincentes a la hora de establecer el vínculo entre los dientes tratados con endodoncia y las cardiopatías coronarias. Incluso el Journal of the American Dental Association (Revista de la Asociación Dental Americana), informó, en 2009, que las personas que se habían sometido a tratamientos de endodoncia tenían más cardiopatías coronarias que aquellas a quienes no se les habían practicado endodoncias.
Siembra bacteriana en la enfermedad de las encías.
Se ha descubierto que la periodontitis apical, una forma avanzada de enfermedad de las encías que comparte los mismos perfiles de patógenos que se ven en los dientes tratados con endodoncia, siembra los mismos patógenos directamente en la pared arterial coronaria, directamente en la placa aterosclerótica y directamente en los coágulos de sangre que se forman de manera aguda para causar la obstrucción de las arterias coronarias y los ataques cardíacos. Además, los estudios actuales han demostrado el importante papel que desempeñan las toxinas de estos patógenos en la evolución de la aterosclerosis que conduce al ataque cardíaco.
Otras fuentes de siembra bacteriana.
Los patógenos orales son la causa de más del 90% de los ataques cardíacos, y probablemente menos del 5% de los cardiólogos y otros médicos saben siquiera que deben buscar este factor causal. La infección crónica de los dientes tratados con endodoncia es el origen de la inflamación coronaria en la mayoría de los pacientes con ataques cardiacos, probablemente alrededor del 70 % de las veces. La enfermedad crónica de las encías probablemente representa entre el 20 y el 25% de los casos. El resto proviene de otras fuentes no identificadas que siembran patógenos, de forma crónica, en la sangre, como las amígdalas infectadas o incluso, posiblemente, un intestino con estreñimiento crónico, donde proliferan los patógenos.
Salud preventiva del corazón
Un paciente que sufre un ataque cardíaco NO tiene, simplemente, mala suerte. Más bien, el paciente que sufre un ataque cardíaco tiene una probabilidad abrumadora de tener un suministro constante de patógenos orales y toxinas que proceden de dientes tratados con endodoncia y/o de unas encías con infección crónica. En resumen, si bien a nadie le gusta sentarse en el sillón del dentista, evitar los cuidados y procedimientos dentales adecuados puede traducirse en una salud mucho más precaria y en una vida mucho más corta. El Dr. Levy sugiere que es necesario que todos los cardiólogos comprendan la importancia de la enfermedad de las encías y los beneficios terapéuticos de la terapia liposomal con vitamina C. Una fuente de buena calidad de vitamina C liposomal es la que elabora LivOn Labs con la marca registrada Altrient.
Nota: este artículo fue creado y editado por Food Scientist Susie Debice utilizando extractos del artículo La causa número uno del 90 % de todos los ataques cardíacos escrito por el Dr. Levy, MD.
Referencias
Haraszthy et al. (2000) Identificación de patógenos periodontales en placas ateromatosas. Journal of Periodontology (Revista de Periodoncia) 71: 1554-1560. PMID: 11063387
Mattila et al. (2005) Infecciones dentales y enfermedades cardiovasculares: revisión. Journal of Periodontology (Revista de Periodoncia) 76: 2085-2088. PMID: 16277580
Caplan et al. (2006) Lesiones de origen endodóntico y riesgo de enfermedad arterial coronaria. Journal of Dental Research (Revista de investigación dental) 85: 996-1000. PMID: 17062738
Caplan et al. (2009) La relación entre la historia autonotificada de la terapia endodóntica y la enfermedad arterial coronaria en el Estudio de Riesgos de Aterosclerosis en Comunidades. Journal of the American Dental Association (Revista de la Asociación Dental Americana) 140: 1004-1012. PMID: 19654253
Willershausen et al. (2014) Asociación entre inflamación crónica periodontal y apical e infarto agudo de miocardio. Odontology (Odontología) 102: 297-302. PMID: 23604464
et al. (2006) Detección de diversas firmas bacterianas en lesiones ateroscleróticas de pacientes con enfermedad arterial coronaria. Circulation (Circulación) 113: 929-937. PMID: 16490835
Pessi et al. (2013) Firmas bacterianas en aspiraciones de trombos de pacientes con infarto de miocardio. Circulation (Circulación) 127: 1219-1228. PMID: 23418311
Levy, T. (2001) Nutrición óptima para una salud óptima. Nueva York, NY: McGraw-Hill Publishing
http://healthimpactnews.com/2013/sweden-becomes-first-western-nation-to-reject-low-fat-diet-dogma-in-favor-of-low-carb-high-fat-nutrition/