El sistema inmunitario humano es una maravilla de la ingeniería biológica, una red silenciosa y sofisticada de moléculas de defensa que trabajan incansablemente para neutralizar amenazas externas como virus y bacterias con una precisión increíble. Pero a pesar de su precisión habitual, en ocasiones, este ejército de células de defensa puede fallar, cometiendo errores que afectan significativamente al organismo y provocan diversas enfermedades autoinmunes.
¿Qué es la autoinmunidad?
La autoinmunidad se produce cuando el sistema inmunitario, que normalmente protege al cuerpo de invasores externos, pierde la capacidad de distinguir lo propio de lo ajeno y ataca por error las células sanas del cuerpo. Identifica erróneamente a las células perfectamente sanas como amenazas y lanza un ataque inflamatorio, causando daños que pueden manifestarse de diversas maneras, según la parte del cuerpo afectada:
- Artritis reumatoide: el sistema inmunológico ataca el revestimiento de las articulaciones.
- Esclerosis Múltiple: La capa protectora de las células nerviosas está dañada.
- Lupus eritematoso sistémico: una enfermedad sistémica que puede afectar la piel, las articulaciones, los riñones y el cerebro.
- Diabetes tipo 1: Las células productoras de insulina en el páncreas se destruyen.
- Enfermedad inflamatoria intestinal: la inflamación crónica ocurre en el tracto digestivo.
Esta es solo una pequeña muestra; con más de ochenta enfermedades autoinmunes diferentes identificadas hasta ahora,¹ la investigación intensa se centra en cómo ciertos nutrientes pueden ayudar a mantener el delicado equilibrio y la comunicación del sistema inmunológico.

Entra la vitamina D
Es universalmente reconocido que la vitamina D contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Esta conexión se produce a nivel celular, donde células inmunitarias clave, como los linfocitos T y los linfocitos B, cuentan con receptores de vitamina D (sitios de acoplamiento).
Una vez que la vitamina D se une a estos sitios, ayuda a garantizar una respuesta equilibrada de estas células inmunitarias, comportándose menos como un simple interruptor y más como un director de orquesta. Un aspecto clave de esta función es su papel en la comunicación celular, donde ayuda a gestionar las vías que involucran a las citocinas como parte de una respuesta inmunitaria normal.
Esta idea de la vitamina D como conductor inmunológico no es solo una teoría; está respaldada por lo que los científicos han identificado en todo el mundo. 3,4 Sus investigaciones han revelado que las enfermedades autoinmunes se vuelven más frecuentes cuanto más lejos viven las personas del ecuador, donde la luz solar es menos intensa durante todo el año. 5 Dado que nuestros cuerpos producen la mayor parte de nuestra vitamina D a partir de la exposición al sol, este fue un hallazgo importante, que impulsó a los científicos a explorar más a fondo el vínculo entre los niveles de vitamina D y el mantenimiento de un sistema inmunológico equilibrado.
¿Existe un vínculo con la autoinmunidad?
En uno de los estudios más impactantes, científicos analizaron a más de siete millones de militares estadounidenses. Sus observaciones revelaron una asociación entre el nivel de vitamina D y problemas de salud relacionados con el sistema inmunitario, como la esclerosis múltiple. 6
En un estudio posterior, los investigadores monitorearon a más de 25,000 adultos durante cinco años. A un grupo se le administró vitamina D diariamente y al otro un placebo. 7 Los resultados mostraron una tasa un 22% menor de nuevos diagnósticos autoinmunes entre quienes tomaban vitamina D. Estos hallazgos positivos refuerzan el conocimiento actual de que la vitamina D contribuye significativamente a la función inmunitaria normal.

Comer para el equilibrio inmunológico
Para optimizar la salud inmunitaria, es esencial consumir un aporte constante de alimentos ricos en nutrientes a través de la dieta. La vitamina C, presente en cítricos, pimientos y brócoli, es un antioxidante reconocido por su capacidad para favorecer una función inmunitaria normal. Igualmente importante es el zinc, presente en frutos secos, semillas y proteínas magras, que contribuyen significativamente al desarrollo y funcionamiento normal de las células inmunitarias.
Nutrir el microbioma intestinal con alimentos ricos en fibra, como verduras, lentejas y cereales integrales, es otra estrategia importante para fortalecer la resiliencia inmunitaria. La fibra actúa como combustible para las bacterias intestinales beneficiosas, que han demostrado desempeñar un papel vital en el mantenimiento de una respuesta inmunitaria bien regulada. 8
Los alimentos ricos en polifenoles, como las bayas, el chocolate negro y el té verde, también contribuyen a un ambiente intestinal saludable, apoyando la integridad del revestimiento intestinal, que actúa como una barrera protectora fundamental. 9
Al incorporar de forma constante una variedad de alimentos integrales ricos en estos y otros nutrientes clave, proporciona a su cuerpo los componentes básicos necesarios para sus actividades inmunológicas diarias.
¿Sol, comida o suplementos?
En regiones como el norte de Europa, la latitud norte dificulta la producción de suficiente vitamina D únicamente con la luz solar, especialmente entre octubre y marzo, cuando el sol no es lo suficientemente fuerte como para que nuestra piel sintetice la vitamina D que necesitamos. Las fuentes dietéticas de vitamina D también son muy limitadas, por ejemplo, el pescado azul, las yemas de huevo y los champiñones expuestos a la luz ultravioleta. Además, optimizar los niveles de vitamina D es una de las maneras más fáciles, seguras, económicas y eficaces de mejorar la salud y reforzar la función inmunitaria, especialmente cuando la exposición al sol es limitada.

¿Cuál forma de vitamina D es mejor?
Tanto la vitamina D2 como la vitamina D3 están disponibles en forma de suplemento, pero se ha demostrado que la vitamina D3, la forma de colecalciferol que el cuerpo produce naturalmente a partir de la luz solar, es la más eficaz para aumentar los niveles de vitamina D en la sangre. 10
Neutrient D3+K2 es un aerosol vegano sublingual avanzado que ofrece una absorción maximizada de formas bioactivas de vitaminas D3 y K2, lo que favorece la función inmunológica y la salud ósea.
Escrito por: Jacqueline Newson BSc (Hons) Terapia Nutricional
Editado por: Alejandra Toro, Psicóloga, MSc Nutrición y Conducta
REFERENCIAS
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